La litografia y fotografía

 Contexto de la clase: 

se abordaron dos técnicas fundamentales que transformaron la manera de producir, reproducir y consumir imágenes en el siglo XIX: la litografía y la fotografía. Ambas tecnologías no solo modificaron el panorama visual y artístico de su tiempo, sino que también jugaron un papel esencial en los procesos políticos, sociales y culturales de Europa y América Latina.


La litografía, inventada por Alois Senefelder en 1796, permitía dibujar directamente sobre piedra con lápiz graso para luego imprimir sobre papel. Esta técnica se consolidó como una alternativa más rápida y económica frente al grabado en cobre, y se utilizó ampliamente para ilustraciones científicas, partituras musicales y obras artísticas. 




La fotografía, por su parte, se introdujo formalmente con la invención del daguerrotipo por Louis Daguerre en 1839. Fue celebrada como una forma de capturar la realidad visual sin intermediación del dibujo manual, lo que revolucionó el retrato y desplazó a la pintura en sectores medios. A finales del siglo XIX, la fotografía se usaba ampliamente en ciencia, medicina, arqueología, guerra y criminología, al tiempo que provocaba intensos debates sobre su estatus como arte o documento.


En manos de artistas como Honoré Daumier, adquirió un fuerte carácter de crítica social y política, mientras que en el caso de Francisco de Goya se convirtió en un medio de experimentación formal. La litografía facilitó la circulación masiva de imágenes antes del auge de la fotografía, acercando el arte a la vida cotidiana y ampliando significativamente su audiencia.


Litografia en Colombia:

En América Latina, la litografía fue introducida por técnicos europeos entre 1825 y 1850, coincidiendo con los procesos de independencia y formación de los primeros estados republicanos. En Colombia, se empleó principalmente para difundir retratos patrióticos, mapas y documentos científicos, así como ilustraciones educativas.


Fotografía en Colombia:

En América Latina, la fotografía llegó entre 1840 y 1843, y fue rápidamente adoptada por las élites criollas como símbolo de progreso y modernidad. 

En Colombia, su introducción ocurrió durante la presidencia de Tomás Cipriano de Mosquera, con un primer estudio de daguerrotipos activo en Bogotá hacia 1850. 

Las principales ciudades como Medellín y Cartagena se convirtieron en centros fotográficos donde se realizaban retratos de políticos, registros topográficos, documentación de conflictos civiles y proyectos etnográficos muchas veces desde una perspectiva colonial.



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